Comprende actuaciones de vigilancia sistemática o esporádica, atención a accidentes y todas aquellas acciones derivadas de emergencias de manera que se garanticen las condiciones normales de vialidad en las carreteras. Incluye labores de conservación ordinaria con participación de medios materiales y humanos, así como todas aquellas operaciones de vigilancia diaria o periódica, a través de recorridos de toda la red, para disponer de información precisa sobre el estado de las vías.