Extraco lidera un consorcio de empresas que, junto a instituciones de referencia en el ámbito de la investigación en Galicia como el CITEEC (Centro de Innovación Tecnolóxica en Edificación e Enxeñería Civil) y el Grupo de Construcción de la Universidade da Coruña, está desarrollando un novedoso proyecto de I+D+i centrado en la valorización de las conchas de moluscos, empleándolas en construcción. Se trata de una iniciativa bautizada como “Proyecto Biovalvo” y en cuya financiación participa también el CDTI  (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial), dependiente del Ministerio de Economía y Competitividad.

Las conchas de bivalvos están compuestas mayoritariamente por carbonato cálcico, y a día de hoy se depositan casi exclusivamente en vertederos, sin usos alternativos. Teniendo en cuenta el coste energético y económico de la trituración de roca para convertirla en áridos para construcción, el equipo de investigación planteó la posibilidad de derivar este material a aplicaciones granulares.

El proyecto, que está teniendo notable eco en los medios de comunicación, baraja en primer lugar el uso de la concha de mejillón como materia prima de referencia, pues supone más del 70% del residuo generado, por encima del berberecho y la ostra. El destino final que se le daría sería su uso en la construcción de cimentaciones, drenajes o morteros de diferentes usos, por su alta capacidad como elemento aislante.

En este sentido, es importante destacar la forma planar característica de las conchas, que permite que, al compactarse, los áridos fabricados generen macroporos que retienen el aire. Esta característica confiere al material notables propiedades como aislante térmico, con valores equiparables a los que se pueden obtener en arcillas expandidas o maderas ligeras. Además, el tamaño del poro convierte a las conchas trituradas en un buen producto para su empleo en elementos de drenaje.

El Proyecto Biovalvo pretende desarrollar y calificar medioambientalmente los destinos más adecuados para poner en valor este material, como son mezclas bituminosas, morteros y hormigones (en cuanto a aplicaciones ligadas con un conglomerante), y como aislamiento, relleno en cimentación y elementos de drenaje y capas de firme en usos no ligados (de carácter granular).

Los estudios realizados hasta ahora apuntan a que las capacidades aislantes y de drenaje son las dos propiedades que distinguen claramente los áridos tradicionales de los obtenidos a partir de las conchas de moluscos trituradas.

El Proyecto Biovalvo es idóneo, asimismo, para su desarrollo en Galicia, pues se trata de una de las áreas con mayor producción acuícola y marisquera a nivel mundial: la industria del mejillón genera 200.000 toneladas de residuos al año, con la provincia de A Coruña a la cabeza (con una producción del 65% del volumen total).